Declaración de Venerable
En la Santa Sede es competente la Congregación para las Causas de los Santos. Dentro de la Congregación, existe un Colegio de Relatores. Su función es recibir las causas que llegan e impulsarlas, de acuerdo con las normas de la propia Congregación y con el máximo rigor.
Una vez recibida la causa, se asigna a uno de los Relatores, el cual preparara las ponencias sobre las virtudes o sobre el martirio del Siervo de Dios. Esta tarea se suele prolongar durante muchos años, pues depende ante todo de la importancia de las causas; y la importancia la determina principalmente la fama de santidad. Por eso si el postulador quiere impulsar un causa, puede recoger relatos de favores atribuidos a la intercesión del siervo de Dios, si es posible con documentación que avalen el milagro como informes médicos, declaraciones juradas, etc. También son útiles otros documentos que avalen la fama de santidad, como cartas que escriben los fieles. Otro hecho que impulsa la causa es que se haya iniciado ya el proceso de un presunto milagro.
La ponencia sobre las virtudes o sobre el martirio se presenta a la Comisión de Teólogos, los cuales emiten su voto. Si éste es favorable, se entrega a los Cardenales y Obispos miembros de la Congregación.
Si su voto también es favorable, se presenta al Santo Padre la propuesta de que se apruebe el decreto de virtudes heroicas del siervo de Dios: una vez aprobado, el siervo de Dios recibe el título de Venerable. Las normas litúrgicas no permiten dar ningún culto a los siervos de Dios declarados Venerables, pero desde el momento de su declaración han de cesar los sufragios por su alma, puesto que la Santa Sede ha juzgado que ha vivido en grado heroico las virtudes cristianas.
El día 8 de julio de 2016, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia privada a Su Eminencia Reverendísima el Señor Cardenal Angelo Amato, S.D.B., Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos. En el curso de la audiencia el Santo Padre ha autorizado a la Congregación para promulgar los decretos correspondientes a:
Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Giacomo Viale, sacerdote profeso de la Orden de los Frailes Menores, nacido en Airole (Italia), el 28 de febrero de 1830 y muerto en Bordighera el 16 de abril de 1912; y las virtudes heroicas del Siervo de Dios Andrés Filomeno García Acosta, laico profeso de la Orden de los Frailes Menores, nacido en Ampuyenta, en la isla de Fuerteventura (Islas Canarias), el 10 de enero de 1800, y muerto en Santiago de Chile el 14 de enero de 1853.
Fray Andrés Filomeno García Acosta conocido como ‘Andresito”, nació en la isla de Fuerteventura (Islas Canarias) en el 1800. A sus 32 años, por motivos de pobreza en su tierra, emigró en Uruguay, allí sintió el llamado a la vocación de donarse al Señor. En 1834 en el convento de San Bernardino de Montevideo fue recibido en la Orden de los Frailes Menores como un ‘hermano donado’. Inmediatamente después de la clausura de los conventos, por causa de las leyes subversivas contra la Iglesia en Uruguay, en 1838 junto con otros religiosos se trasladó en Chile. En el convento de la Recoleta Franciscana en Santiago, Andresito se santificó en el humilde servicio de mendigo o limosnero, tarea que ejercitó con exquisita caridad y que le permitió cumplir una auténtica y capilar obra de evangelización. Sostenido de una intensa vida de oración, practicó con alegría las obras de misericordia, llevando alivio donde quiera que hubiera un sufrimiento espiritual o material. Amado del pueblo y rodeado de una enorme fama de santidad murió en Santiago el 14 de enero de 1853. Su causa de beatificación se inició en el año de 1894.
El día 14 de Enero de 2017, se celebró por primera vez la pascua de Fr. Andresito como Venerable, en esta oportunidad la eucarisita fue celebrada por Fr. Claudio Pumarino,ofm y acompañado por Fr. Santiago Andrade,ofm., Ministro Provincial y de Fr. Juan Rovegno, ofm., Vice- postulador de la Causa y con la compañía de varios hermanos de las casas de la zona metropolitana.