



La Pascua de Fray Andres

1.- La Prensa
El mismo día del fallecimiento de Fr. Andrés, El Progreso, diario de Santiago, se refería a él afirmando: “…su caridad evangélica le había granjeado tal popularidad, que podemos asegurar que no habrá una persona en la Capital que no le haya conocido. El pobre de Santiago ha perdido con él un apoyo Y el consolador de su desgracia…” Los periódicos, durante varios meses, siguieron dando informaciones sobre la muerte del Siervo de Dios: se publicaron los discursos en su honor y se dieron a conocer las primeras biografías y acciones de gracias de los fieles. En los artículos de prensa se destacaron las virtudes del hno. Andrés; así, por ejemplo, el 21 de enero, el Mercurio de Valparaíso afirmaba: “La fama de las virtudes del lego, la sana doctrina que vertían sus labios, los consuelos cristianos con que calmaba los sufrimientos del alma, la sublime caridad con que atendía al pobre en sus enfermedades, le dieron la popularidad que gozó en vida y el renombre de santo con que era conocido en el pueblo…” Pocos días después, el 17 de febrero, el mismo diario comentaba la popularidad poco común de Fray Andresito. En vista de que muchos habían solicitado su retrato el Mercurio hizo una litografía que la puso a la venta en la agencia del periódico junto con el retrato del Arzobispo Rafael Valentín Valdivieso.

Durante todo el siglo XIX, en diversos diarios de la nación se siguió escribiendo sobre Fr. Andresito. Se le denominó “apóstol de la caridad”, “apóstol incansable del bien”, “santo religioso”, etc. En 1892, apareció por primera vez, un artículo sobre él fuera de Chile, en la “Revista Carmelitana” de Barcelona. En 1893 la prensa comenzó a informar de los pasos para incoar la Causa de Beatificación”. Incluso la prensa anticlerical, en su ataque a la propaganda de Fr. Andrés, revierte en favor de éste. La Verdad (14 agosto 1893) le acusa de lego limosnero que hostigó al vecindario con demandas de dinero para construir una especie de santuario, de no contribuir al mejoramiento de las costumbres o al progreso del pueblo con algún trabajo y de no haber predicado, ni enseñado nada, porque era un isleño rudo e ignorante. El siglo XX ha visto una profusión de escritos sobre la vida del hermano Andrés y el estado de la Causa; en todas se manifiesta la devoción popular existente: gran número de personas visitan su tumba para pedir su intercesión y manifestar su gratitud por gracias recibidas. El Mercurio invitaba a conferencias sobre su vida, Las últimas Noticias publicó su retrato, La Cuarta, La Prensa, La Patria y la Revista Zig-Zag, entre otros, escribieron artículos sobre su vida. Se le ha denominado, durante este siglo, como el “humilde limosnero franciscano”, “Fr. Andresito, el mendigo de Dios”, el “precursor del movimiento obrero”, “protector de los desvalidos” y “médico de los enfermos”. En 1927, el Vice Postulador Fr. Bernardo Tasch fundó la “Hermandad de Fr. Andrés”, propagada por todo Chile, y Fr. Jaime Calderón, en 1977, fundó la sociedad “Amigos de Fr. Andresito”. Se publicaron listas de cientos de devotos de todos los lugares de Chile y del extranjero (Argentina, Bolivia, Estados Unidos).

2.- Celebraciones
El 10 de julio de 1855, se procedió a exhumar el cadáver del Hno. Andrés. Estuvieron presentes, entre otros, el juez don Juan Francisco Fuenzalida, la comunidad franciscana y otras personalidades. El cadáver fue encontrado incorrupto. El Arzobispo don Rafael Valentín Valdivieso visitó el lugar y afirmó: “En cuanto a que sea una cosa extraordinaria o sobrenatural la conservación del cadáver de Fr. Andrés, estando al lado de un canal de agua durante dos años, esto lo dirán los hombres de ciencia a los cuales les hemos encargado este punto, pero que todos hemos tenido a ft Andrés por un santo, sin que con esto nos anticipemos al juicio de la Santa Sede, esto no presenta ninguna duda”. La comisión que, el día 15 de julio, examinó el cadáver, estuvo formada por 6 peritos entre los que destacaban los doctores Lorenzo Sazié y Vicente Bustillos, el secretario de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y el Rector (1867-1883) de la Universidad de Chile, Ignacio Domeyko. El informe de los facultativos no encuentra causas naturales que favorezcan el estado de conservación del cadáver.

El traslado se realizó el 23 de julio con la presencia del Arzobispo Valdivieso y con la asistencia masiva de fieles de todas las condiciones sociales y de las comunidades Domínica, Mercedaria, Agustina, Franciscana y miembros del clero secular. Los discursos fueron pronunciados por el Provincial mercedario Francisco de Paula Solar, el Prior de Santo Domingo, Tomás Robles y la oración fúnebre estuvo a cargo del Prebendado Juan Francisco Meneses. Una vez depositados sus restos dentro del templo, los fieles visitan su tumba constantemente y se encomiendan a su intercesión, mandan aplicar misas y hacen ofertas. Su fotografía se encontraba indistintamente en las casas de ricos y pobres. El 10 de julio de 1893 se celebró una Misa presidida por el Arzobispo de Santiago don Mariano Casanova en recuerdo de Fr. Andrés, con asistencia de autoridades civiles y eclesiásticas. Estuvieron presentes, en esta ocasión, el Ministro del Culto, Ventura Blanco y Viel, y el General Manuel Baquedano. Los fieles se aglomeraron dentro y fuera del templo debiendo intervenir la fuerza pública. La predicación estuvo a cargo del Presbítero Ramón Ángel Jara. Dijo en su exordio: “¡Qué tremenda sorpresa darnos en este instante a la soberbia humana! ¿Qué dirá ella que mide la grandeza de los hombres por la sombra que arrojan sobre el suelo en presencia de una ciudad entera que se agita, que se agolpa bajo los atrios del templo, y que congrega a Obispos, magistrados y sabios, y que despliega inusitada pompa para honrar un sepulcro abierto hace cuarenta años, y en el cual no duermen las cenizas de un soberano, ni de un guerrero, ni de un príncipe de la Iglesia, sino los huesos de un oscuro extranjero, de un limosnero de nuestras calles, de un pobrecito lego franciscano?… “.

El día 28 de mayo 1929, se realizó la segunda exhumación de los restos de Fr. Andrés en el templo de la Recoleta Franciscana, inspección ordenada por el tribunal del Proceso Apostólico. Estuvieron presentes en la ceremonia 50 testigos. El presidente del tribunal, el Presbítero don. Francisco Javier de la Fuente, tomó juramento al Guardián Fr. Jerónimo Muñoz, al Párroco Fr. Bernardino González; a los doctores Jorge Cáceres, Víctor Barros y Arturo Atria, al Notario Javier Echeverría y finalmente a los cuatro obreros que debían intervenir. El 14 de enero de 1953, se conmemoró el centenario de la muerte de Fr. Andrés, presidido por Monseñor Bernardino Berríos, Obispo de San Felipe. Se encontraban presentes miembros de las diferentes órdenes, sacerdotes del clero secular y centenares de fieles que oraron ante el sarcófago donde se guardan sus restos. Años más tarde, el 14 de mayo de 1985 en la Recoleta Franciscana, el Cardenal Juan Francisco Fresno, Arzobispo de Santiago, acompañado de Mons. Joaquín Matte, Obispo Castrense, de religiosos y miembros del clero secular, bendijo la Sala de reliquias de Fr. Andrés, ante el Alcalde de Santiago, Carlos Bombal, y otras autoridades. Hasta el día de hoy, los devotos de fr. Andrés se reúnen los días 14 de cada mes en la Recoleta Franciscana para orar, junto a su tumba, por su pronta canonización.